Sandra Amaya | Corazón y Pincel

Un artículo que nos lleva con sutileza a conocer la historia de Sandra Amaya, la Médica, la Artista, el ser humano que encontró en el arte su propia sanación.

Sandra Amaya

5/5/20252 min leer

Corazón y Pincel: Historias de médicos que encontraron en el arte una vía de sanación personal - Mi historia, la de Sandra Amaya!

Por Sandra Amaya – Médica y Artista

Existen heridas que no aparecen en radiografías.
Dolores que el bisturí no alcanza.
Vacíos que no se llenan con diagnósticos,
y preguntas que no tienen una sola respuesta médica.

Muchos profesionales de la salud, acostumbrados a leer síntomas y escuchar cuerpos, han descubierto con el tiempo que el alma también necesita un lenguaje. Uno que no esté hecho de protocolos ni de anatomía, sino de colores, texturas y formas invisibles. Uno que no se enseña en la universidad… pero que se revela, muchas veces, cuando el corazón necesita hablar.

Ahí, en ese silencio interior, nace el arte.

El arte no como escape, sino como expansión

Para muchos médicos como me ocurrió a mí, el arte llegó no como una salida, sino como una continuación.

Una forma diferente de sanar.
Una forma más íntima, más libre, más profunda.

Porque después de haber aprendido a cuidar cuerpos, muchos de nosotros comprendimos que también necesitábamos cuidar nuestra humanidad. Volver a sentir. Volver a crear. Volver a mirar el mundo con ojos que no solo diagnostican, sino que también sueñan.

Y así, sin aviso, el pincel se volvió un nuevo estetoscopio.
La música, una nueva forma de escuchar.
La escultura, una manera de tocar lo invisible.

Vocaciones que se cruzan, no que se excluyen

Conocí médicos que escriben poesía mientras esperan una cirugía.
Otros que, luego de jornadas extenuantes, encuentran alivio en un lienzo en blanco.
Y también quienes decidieron —como yo— darle al arte un espacio protagónico en su vida, sin abandonar jamás la esencia de sanar.

Porque el arte no se opone a la medicina.
La complementa.
La vuelve humana.
La recuerda.

Nos recuerda que antes de ser médicos, somos personas.
Y que para sostener a otros, también debemos sostenernos a nosotros mismos.

Sanar desde el alma

El arte no busca resolver, sino revelar.
No llena recetas, pero sí vacíos.
No cura desde afuera, sino desde lo más hondo.

Por eso, cuando un médico pinta, canta o escribe, no está dejando su vocación. Está ampliándola. Está sanando desde otro lugar.

Y quizás —solo quizás— ese trazo, ese color, ese sonido…
llegue a alguien más y lo toque justo donde no sabía que necesitaba ser tocado.

Porque a veces, sanar no es entender.
Es simplemente sentir.

Gracias por leer con el corazón.
Gracias por permitir que estas historias respiren contigo.

Sandra Amaya, la Médica, la Artista, el ser humano!

— Sandra Amaya
www.amayaart.com