Sandra Amaya | Entre el misterio y la luz

Esta obra de la Médica y Artista Colombiana Sandra Amaya nació de ese lugar. De la frontera entre lo visible y lo invisible, entre lo que comprendemos y lo que apenas intuimos. todo ello es un reflejo de cómo la vida se mueve dentro de nosotros: caótica y, al mismo tiempo, llena de sentido.

Sandra Amaya

9/16/20252 min leer

Entre el misterio y la luz: el arte que abre caminos hacia el alma

Por Sandra Amaya – Médica y Artista

Hay momentos en los que el lenguaje se queda corto.
Donde la mente no alcanza y el cuerpo calla.
Es entonces cuando el alma necesita otra voz, un lenguaje distinto: el arte.

La obra que hoy presento nació de ese lugar. De la frontera entre lo visible y lo invisible, entre lo que comprendemos y lo que apenas intuimos. Los azules profundos, las ráfagas de color que emergen como llamas, la luz que irrumpe en medio del misterio… todo ello es un reflejo de cómo la vida se mueve dentro de nosotros: caótica y, al mismo tiempo, llena de sentido.

La visión del médico, el sentir del artista

Como médica aprendí a escuchar los latidos del corazón, a reconocer en cada síntoma una historia, a buscar en la ciencia una respuesta.
Pero pronto descubrí que no todas las dolencias se curan con medicinas. Que hay heridas invisibles que requieren otro tipo de cuidado.

El arte apareció entonces como un aliado silencioso, como una terapia que no necesita receta. Frente al lienzo, comprendí que la sanación también puede ocurrir en el color, en la textura, en la vibración de la luz.

Este cuadro no es una imagen cerrada ni un mensaje definido. Es un espacio abierto donde cada persona puede depositar su propio sentir. Una invitación a reconocerse, a sanar a través de lo simbólico.

El arte como umbral

Las columnas que se alzan en la obra no son límites, son umbrales. Pasajes que invitan a cruzar hacia otra dimensión de la conciencia.
La explosión de color en el centro es ese instante vital donde la emoción se libera y encuentra su cauce.
El azul que envuelve todo es calma, pero también profundidad: el océano interior donde se esconden nuestros silencios.

El arte, como la medicina, es un viaje hacia la vida.
La diferencia es que la medicina sana el cuerpo, mientras el arte abraza el alma.

Resonancia

Cada trazo de esta obra nació con la intención de acompañar. No de explicar, sino de resonar.
Que quien la observe se reconozca en ella, que descubra que el arte también puede ser un espejo.
Un recordatorio de que no estamos solos en nuestras emociones, que lo caótico también puede transformarse en belleza.

Hoy sé que sanar no siempre es cerrar una herida.
A veces, sanar es entrar en el misterio, dejar que la luz nos atraviese y permitir que el alma respire color.

Gracias por mirar esta obra con el corazón.
Gracias por dejar que, a través de ella, la mía también pueda hablarte.

— Sandra Amaya
www.amayaart.com